Breve
historia del
Movimiento de Liberación Nacional
Tupamaros - Uruguay
Para comprender la aparición de una organización clandestina en la década
de los sesenta, es necesario describir brevemente el marco histórico
en el cual se desarrolló. El Uruguay, por mucho tiempo fue categorizado
como la "Suiza de América". El fundamento objetivo de esta categorización
estaba dado por varias razones. Era un país con menos de 3 millones
de habitantes, con una densidad demográfica de unos 16 habitantes por
kilómetro cuadrado, con población integrada en su mayor parte por descendientes
de inmigrantes europeos. Eso, además, dio de hecho un peso a los elementos
culturales europeizantes, los cual marcó una gran diferencia con el
resto de la América Latina, de fuertes influencias afro-indígenas. En
el Uruguay la cuestión indígena fue saldada en el siglo pasado con el
exterminio de la población aborigen. Más allá que esa población revistó
en los ejércitos artiguistas y se mixturó con la población de la campaña,
lo que hizo que la influencia de lo indígena en la nacionalidad se expresara
de manera poco ostensible pero nada despreciable.
La economía del Uruguay tiene su principal fundamento en el campo. No
hay minerales, por lo menos en cantidad explotable, no hay petróleo,
que se sepa, por lo tanto la única fuente de riqueza es la tierra. En
el Uruguay el principal rubro económico es la ganadería. Esta se sigue
practicando en forma extensiva, con pasturas naturales. De esta manera,
el máximo de animales que puede soportar el campo uruguayo, es de 9
millones de cabezas de ganado vacuno. La ganadería, desde el tiempo
de la colonia hasta alrededor de 1930, tuvo un desarrollo sostenido.
Pero a partir de esa fecha, cayó en un estancamiento, del cual sólo
sería posible salir con un cambio muy profundo en el modo productivo.
Pero está demostrado que cada terrateniente en particular no está dispuesto
a encarar ese cambio. Como indicación muy esquemática podríamos decir
lo siguiente: a principios de siglo, cuando el Uruguay tenía 1 millón
de habitantes, en números redondos teníamos 9 millones de cabezas de
ganado vacuno. Quiere decir que como poder de compra, teníamos 9 cabezas
de ganado vacuno por habitante.
Cuando la población se acercó a los 3 millones el poder de compra en
el comercio exterior se redujo a la tercera parte. Dado que la redistribución
de los ingresos ganaderos es lo que ha sostenido la actividad económica
del país, una reducción tan drástica de los ingresos relativos, trajo
graves consecuencias, en el largo plazo. Las consecuencias económicas
del estancamiento productivo no se notaron en lo inmediato, pues la
segunda guerra mundial, por un lado permitió vender toda la carne disponible
tanto vacuna como ovina, y por otro lado redujo drásticamente las importaciones
de todo tipo, debido a que las potencias centrales volcaron toda su
capacidad productiva al esfuerzo de guerra. O sea, que hubo una especie
de ahorro forzoso. Pero además, comenzó el desarrollo de una industria
de sustitución de importaciones que generó muchos puestos de trabajo
y dinamizó el mercado interno.
Hacia la ruptura
Finalizada la segunda guerra mundial y cuando sus efectos benéficos
para el Uruguay comenzaban a mermar, la guerra de Corea trajo un cierto
respiro. Pero eso no duró mucho. Se inició entonces una espiral inflacionaria
que comenzó a afectar seriamente el poder de compra de los salarios.
La clase obrera, que con el relativo desarrollo industrial había crecido
y se había fortalecido, se lanzó entonces a la resistencia de las medidas
restrictivas en materia salarial, defendiendo el poder adquisitivo de
los salarios logrados en años de lucha. Al mismo tiempo pelea por organizarse
y por niveles de salarios dignos, al punto de que también en ese aspecto
el Uruguay se destacaba del conjunto de la geografía latinoamericana.
Las clases dirigentes del país acusaban a los trabajadores organizados
de ser los responsables de la inflación, por los continuos aumentos
de salarios que reclamaban. Comenzó una escalada represiva contra los
trabajadores organizados. En ese marco económico social, al comienzo
de la década de los '60, se organizaron los trabajadores de la caña
de azúcar en el Norte del país. Estos trabajadores trabajaban y vivían
en condiciones infrahumanas. Organizaron marchas recorriendo el país,
caminando, cruzando pueblos y ciudades del Interior informando de su
situación. Primero plantearon el cumplimiento de las leyes que existían
para los trabajadores rurales, que por cierto eran malas leyes, pero
ni esas cumplían las patronales de las plantaciones de caña de azúcar.
Luego plantearon la expropiación de un latifundio improductivo, que
ni tan siquiera era explotado con los métodos tradicionales. Este latifundio
tenía una superficie de 22.000 hectáreas. En un país en el cual se acusaba
a los trabajadores de ser responsables de la inflación, los trabajadores
cañeros del departamento de Artigas pedían tierras para trabajar. Los
cañeros realizaron cuatro marchas hacia la capital, Montevideo. Recibieron
apoyo solidario de mucha gente. Un grupo de militantes provenientes
de los partidos de izquierda, de los sindicatos y militantes independientes,
resolvieron dar un apoyo decidido a los compañeros cañeros. En el proceso
de trabajo solidario, se fueron haciendo una serie de constataciones.
Una de ellas y muy importante, era que el gobierno, ante las demandas
de gente que quería trabajar, contestaba con dura represión, violando
una legalidad que él, primero que todos, tenía que respetar. Por otra
parte la represión contra los trabajadores era generalizada. Habían
comenzado a organizarse bandas fascistas, se atentaba contra los locales
de partidos políticos de izquierda, se atentaba contra personas, en
algunos casos se les habían tatuado —con elementos cortantes—
esvásticas nazis. Incluso fue asaltada la Universidad de la República
por bandas fascistas con la complicidad del jefe de Policía de Montevideo.
En el ambiente político se manejaba la posibilidad de un golpe militar,
al punto que la única central sindical, la Convención Nacional de Trabajadores
(CNT), en 1964 aprobaba un Plan de resistencia al golpe de Estado.
El coordinador
El apoyo militante al movimiento de los trabajadores cañeros se agrupó
en un organismo que se denominó Coordinador, que precisamente, coordinaba
la acción de las distintas personas que estaban realizando el trabajo
solidario. Ante el clima de violencia, y reiteradas violaciones a la
legalidad de las bandas fascistas con la complicidad policial muchas
veces e incluso violaciones de la propia Policía, los militantes del
Coordinador resolvieron actuar, llegando a no respetar las leyes vigentes,
y si fuera necesario, utilizando incluso procedimientos violentos. En
una de las marchas cañeras hubo violentos incidentes en Montevideo,
donde resultó muerta una persona por un disparo efectuado contra los
trabajadores por individuos de derecha. Se pretendió inculpar a los
trabajadores y a raíz de ese episodio, Raúl Sendic, que era asesor letrado
del sindicato de los trabajadores cañeros (UTAA) y al cual se le quiso
adjudicar la responsabilidad del hecho, pasó a la clandestinidad. Los
militantes del Coordinador cumplieron un proceso de discusión política
de varios meses. En esa discusión se analizó la situación de la izquierda,
los acontecimientos de la Revolución Argelina, la Revolución Cubana
y los procesos de lucha política latinoamericana. Respecto a la izquierda
uruguaya, se reconoció su aporte a las luchas sociales del Uruguay,
pero se concluyó que había experimentado un proceso de adaptación al
sistema, de tal modo que ya no generaba en los sectores populares reales
ideas de cambio profundo de un régimen que progresivamente iba extendiendo
la pobreza en más amplias capas de la población. Debe tenerse presente
que la fuerza más importante de la izquierda era el Partido Comunista,
muy supeditado a la geopolítica de la ex Unión Soviética y por lo tanto
enfocando su accionar político por las necesidades del enfrentamiento
Este-Oeste. En esas discusiones se efectuaron críticas muy duras contra
lo polemista de la izquierda y su fragmentación. También se analizó
el descreimiento de la gente hacia las políticos, que habían llegado
a graves posturas demagógicas. Durante ese proceso de discusión, en
el seno del Coordinador se fueron perfilando dos tesis, ambas con el
fundamento de la necesidad de comenzar a actuar en política de un modo
diferente.
La identidad tupamara
Una tesis sostenía el planteo clásico del partido político con su aparato
armado. La otra tesis, proponía un planteo estratégico defensivo, y
la estructuración de una organización político-militar, pues desde siempre,
las clases adineradas que han detentado el poder real y el control del
Estado con sus aparatos coercitivos, han recurrido a la violencia, cuando
la resistencia a su opresión, por parte de los pueblos, se ha vuelto
peligrosa para sus intereses y privilegios. Finalmente se arribó a un
Congreso, que se denominó Convención en el cual se definió la cuestión.
Se aprobó la tesis político-militar, se estructuró un reglamento, se
aprobó una Estrategia Defensiva, pues la correlación de fuerzas era
totalmente desfavorable para el movimiento popular. Iba a ser una organización
clandestina, cuya primera tarea sería construir las bases materiales
para una organización de este tipo. Sus objetivos políticos serían una
paciente acumulación de fuerzas, más precisamente, una contribución
a la acumulación de fuerzas del campo popular, ya que nunca se pensó
que una sola fuerza política sería capaz de resolver los problemas de
un país. La organización se definió como socialista desde el principio.
Con esto se quería significar solamente una sociedad en la cual el centro
de la actividad humana fuera el hombre y no la ganancia. Esa sociedad
se iría conformando en el proceso histórico. El MLN nunca tuvo ni tiene
modelo de sociedad. Se entendió —y se sigue pensando así—
que cada pueblo con su historia y su idiosincrasia se irá dando las
formas sociales necesarias a su desarrollo. Se salió de la Convención
sin nombre, que se adoptó meses después. La Convención se efectuó en
enero de 1966. La designación de la nueva organización como Movimiento
de Liberación Nacional-Tupamaros tiene como fundamento la manera cómo
el MLN ha entendido y entiende que se darán los procesos de lucha político-
social en nuestros países. Partimos del reconocimiento de nuestra condición
de países dependientes. Imposible que un pueblo pueda decidir sobre
su destino si no rompe los férreos lazos de dependencia. Entra aquí
la cuestión nacional. En esta lucha, para el MLN, es necesario aglutinar
todas las fuerzas posibles, aún aquellas que no se planteen un cambio
social profundo, pero que sí estén dispuestas a enfrentar al Imperialismo,
por ser también sus víctimas. Esta concepción se enfrentó en su momento
con la que sostenían los partidos comunistas, que estaban definidos
por la confrontación Este-Oeste. La Organización comenzó a construir
las bases materiales que se había propuesto.
El 22 de diciembre
En diciembre de 1966, en la preparación de una operación de finanzas,
hubo un enfrentamiento con la Policía en el cual resultó muerto un compañero.
Comenzaron a realizarse detenciones de amigos de ese compañero, entre
los cuales lógicamente había integrantes del MLN-T. Su dirección consideró
que desde el punto de vista de la seguridad era necesario que varios
compañeros y compañeras pasaran a la clandestinidad. Este suceso ocurrió
el 22 de diciembre de 1966. A partir de esa fecha en el transcurso de
los días, fueron pasando a la clandestinidad unos 22 compañeros. La
Policía allanó locales, en uno de los cuales en un enfrentamiento murió
otro compañero. Toda la infraestructura montada fue desmantelada. Hay
que agregar la pérdida de las casas de los compañeros y compañeras que
pasaron a la clandestinidad, que aunque sus familias ignoraban esas
actividades, para muchos efectos las casas prestaban utilidad. Fue un
momento muy difícil que se pudo superar gracias a la solidaridad de
gente que no sabían en realidad qué era esa organización que de pronto
aparecía a la luz pública. Antes de este suceso del 22 de diciembre,
había operado incluso utilizando el nombre de Tupamaros, pero más bien
parecía un grupo que una organización estructurada. La Organización
se había venido planteando un crecimiento muy cuidadoso, atendiendo
que para ingresar e integrar una organización clandestina, es necesario
aprender las reglas de funcionamiento clandestino que son muy estrictas.
El acontecimiento de diciembre obligó a un cambio total en el enfoque.
Se vio que era necesario un trabajo político y un crecimiento, como
única manera de asegurar la continuidad de la Organización. La primera
tarea que se hizo necesaria, fue construir nuevamente una infraestructura
mínima, ya que no era correcto comenzar un trabajo político desde los
locales que nos habían brindado la solidaridad. Se comenzó a construir
cabañas en los balnearios pues era la zona donde existían menores dificultades
para adquirir terrenos. Además, la construcción de las cabañas proveía
la cobertura apropiada para pasar desapercibidos. Comenzó un lento crecimiento
tanto en infraestructura como numérico. Se instaló una nueva base en
la zona denominada Pajas Blancas. Esa base es la conocida como "Marquetalia".
Posteriormente se instaló otra base cerca de la ciudad de Pando. Mientras
se construía esa infraestructura, por un tiempo la Organización se mantuvo
sin operar. Había ganado las elecciones el general Gestido, persona
con prestigio de honesto y que había despertado esperanzas en mucha
gente. Era necesario esperar su desgaste. Pero la espera no fue larga
pues este hombre murió y lo sucedió el vicepresidente Pacheco Areco.
Pacheco Areco actuó con mano muy dura. Gobernó con medidas permanentes
de Pronta Seguridad, es decir, Estado de Sitio. Fue una dictadura disfrazada.
Tuvo la habilidad de no disolver el Parlamento, pero lo desconoció por
completo y gobernó por decreto.
La toma de Pando
Ante la nueva situación creada, el MLN, comenzó una escalada operativa
que llega al copamiento de la ciudad de Pando. En esa operación se toma
el cuartelillo de Bomberos, la central telefónica, dos bancos de los
cuales se expropia el dinero y la Comisaría, en donde hay un enfrentamiento
con heridos y un muerto por parte de la Policía. La operación, bien
ejecutada en su primera parte, por errores cometidos en el repliegue
deviene en un fracaso militar. Mueren tres militantes y son apresados
una treintena, entre ellos un compañero de dirección. Paradojalmente,
con la operación Pando ocurrió un fenómeno que también se dio el 22
de diciembre de 1966. A una derrota en el plano militar sucedió un crecimiento
político. Ese crecimiento que tuvo lugar después de Pando, a la larga
marcó a la organización y fue uno de los factores que contribuyó a su
derrota posterior. El crecimiento tan acelerado no permitió la formación
adecuada de los militantes clandestinos. Este no sólo se dio a lo interno,
sino también a lo externo. Comenzaron a surgir los CAT (Comités de Apoyo
a los Tupamaros). Algunos de esos CAT tenían contacto con la Organización,
pero probablemente la mayoría eran "silvestres", que actuaban autónomamente
integrándose intuitivamente en los lineamientos estratégicos del MLN.
Estrictamente, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros nunca
fue una guerrilla. Realizaba operaciones de pertrechamiento y de propaganda
armada. La guerrilla, en cambio, es una forma de acción militar. Su
objetivo es destruir las fuerzas vivas y materiales del enemigo. El
MLN se planteaba una estrategia de acumulación política. Se diferenciaba
del resto de la izquierda tradicional en su metodología de acción política.
Se realizaron muchas operaciones de copamiento para hablar con los trabajadores
y hacer planteos políticos. El MLN estaba estructurado en columnas,
que integraban alrededor de 100 personas, además de lo que se llamaba"
la periferia de apoyo"de cada columna. El principio organizativo era
de círculos concéntricos. Al centro, en el núcleo interior, estaba la
organización, hacia fuera los círculos se iban ampliando y su relación
era más laxa. La necesidad de un trabajo político cada vez mayor obligó
a organizar una columna política. Se le llamó la columna 70. Esta columna,
a su vez, era la que tenía el vínculo con un organismo legal que se
creó y que fue cofundador de la coalición de izquierda Frente Amplio.
Ese organismo se llamó Movimiento de Independientes 26 de Marzo, por
la fecha en la que el Frente Amplio salió a la luz pública.
Los caminos del golpe de Estado
La acción clandestina en territorio dominado por el enemigo es muy costosa
y se tienen grandes pérdidas humanas y materiales. Ante la necesidad
de rescatar de las cárceles la experiencia acumulada en los militantes
que se encontraban en prisión, la dirección resolvió organizar fugas
de prisioneros. El 8 de marzo de 1970, fugaron de la cárcel de mujeres
8 compañeras por el portal de la capilla del establecimiento.Posteriormente,
en la noche del 29 al 30 de julio de 1971, 38 militantes fugaron por
un túnel realizado desde afuera por sus compañeros. Finalmente, por
otro túnel que se excavó desde adentro de la cárcel de Punta Carretas,
en la madrugada del 6 al 7 de setiembre de ese mismo año se fugaron
111 militantes. Si bien las dos fugas proporcionaron una militancia
experimentada, también es cierto que recargaron a una organización clandestina
con integrantes también clandestinos. La organización era clandestina
pero sus integrantes en su mayor parte eran personas legales. Ante el
intenso accionar de la organización el gobierno, con el apoyo del Parlamento
decretó el Estado de Guerra Interno. Junto con esta medida se unificaron
las fuerzas represivas. La Policía, que era la que tenía a su cargo
la represión, había sido desbordada. Ahora con las fuerzas conjuntas
( el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea) se integraban a la represión
con amplios poderes. Se aplicó la tortura generalizada como medio de
obtener información. Hubo graves violaciones a los derechos humanos,
capítulo que aún hoy, 1997, permanece sin cerrar. Como se había dicho
anteriormente, el crecimiento acelerado que había tenido lugar después
de la derrota de Pando no permitió una transmisión adecuada de las normas
de funcionamiento clandestino, y por lo tanto la compartimentación,
elemento clave de la seguridad, no se mantuvo con rigurosidad. La compartimentación
debía mantener a la Organización dividida en compartimientos herméticos
separados, de modo que si la represión destruía una parte, las otras
no quedaban afectadas. No hubo tiempo de desarrollar en la nueva militancia
la actitud, que es lo esencial en la compartimentación, el no querer
saber más de lo necesario para funcionar. Con la aplicación generalizada
de la tortura, la represión pudo lograr elementos informativos suficientes
como para desarticular al MLN. No fueron apresados todos los integrantes
y colaboradores pero sí una cantidad tal que el conjunto perdió toda
capacidad operativa. La mayor parte de los dirigentes de los distintos
niveles fueron apresados o muertos, y se perdió la capacidad de regeneración,
pues acto seguido de la derrota se instauró la dictadura militar, que
barrió con el conjunto del movimiento popular, partidos políticos de
izquierda, sindicatos, etcétera. Muchos militantes y simpatizantes del
MLN pudieron irse al exilio, contribuyeron de manera importante a la
solidaridad, pero no lograron reorganizar al MLN. Tal vez la consecuencia
más dramática de esta desarticulación , en el año 1972 fue que se constituyó
en condición necesaria para el golpe de Estado del 27 de junio de 1973.
La respuesta del movimiento obrero y popular fue una formidable huelga
general con ocupación de los lugares de trabajo que duró quince días.
Pero la fuerza del movimiento obrero ya estaba desprovista del apoyo
militar que representaba el MLN, por lo que la dictadura cumplió con
el diseño estratégico de su ofensiva, que jerarquizó el enfrentamiento
con éste en un primer tramo de su avance, para luego caer sobre un movimiento
popular inerme y carente de respaldo armado. Durante todo el primer
período de la dictadura, ninguna fuerza política tuvo presencia real
-porque no fueron permitidos los partidos políticos, ni tan siquiera
los de los representantes de la burguesía, los dos partidos conservadores
del país, el Nacional y el Colorado-. La dictadura cívico-militar se
fue desgastando, y además dejó de contar con el beneplácito de los Estados
Unidos, agregado esto a que comenzó a gestarse, desde el comienzo de
la década del '80, una resistencia sorda por parte del pueblo, todo
lo cual hizo que los militares resolvieran replegarse en orden hacia
los cuarteles. Hicieron un pacto con personeros de los partidos políticos
y permitieron la realización de elecciones, que llevaron al gobierno
nuevamente a uno de los partidos conservadores tradicionales del país,
el Partido Colorado.
La reorganización
Por la presión popular, el nuevo Parlamento aprobó una ley de amnistía,
por la cual salieron en libertad todos los presos políticos. Los integrantes
del antiguo Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, fueron convocados
por los viejos dirigentes para discutir la pertinencia o no de la reorganización
del MLN. Se realizaron tres plenarios consultivos que reunieron a unos
500 militantes. Esos plenarios facultaron a estas cabezas dirigentes
a constituirse en una dirección provisoria, para convocar a todos los
antiguos integrantes y simpatizantes para discutir los nuevos lineamientos
políticos y resolver en una nueva Convención. Los presos habían sido
liberados en marzo de 1985. Transcurrieron varios meses y en diciembre
de ese año se reunió la Tercera Convención Nacional del MLN. En ella
se establecieron acuerdos básicos, pero se hizo evidente que sería necesario
un largo proceso de discusión y práctica social, para llegar a un conjunto
de definiciones que sintetizaran las muy diferentes experiencias vividas
por los militantes, en la cárcel, en los diferentes exilios y en el
propio Uruguay. La Convención ratificó algunas definiciones establecidas
en un encuentro clandestino realizado en 1968, que se le denominó Simposio.
Esas definiciones se refieren a la utilización del Materialismo Dialéctico
como herramienta científica para el conocimiento y transformación de
la sociedad. Funcionamiento en el Centralismo Democrático, esto es,
organismos de decisiones colectivas, responsabilidades individuales,
supeditación de las minorías a las decisiones de las mayorías, distintos
niveles de organismos con responsabilidad de dirección y, como elemento
esencial, total democracia y participación en las instancias de toma
de decisiones fundamentales y funcionamiento jerarquizado en las instancias
de ejecución de tareas. Se ratificó la concepción de continentalidad
de la lucha, entendiendo que la liberación nacional de cada país dependiente
será imposible sin una acción de conjunto por parte de los países dependientes.
Entre otras resoluciones, también se aprobó un nuevo reglamento para
el ordenamiento del funcionamiento político del MLN. En general, los
dirigentes de los partidos conservadores del Uruguay vaticinaron una
corta vida a esta nueva aparición del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
Este comenzó a desarrollar su tarea política. Hacia 1987, se iniciaron
conversaciones con distintas personas y organismos políticos para ver
si sería posible llegar a algunos acuerdos para un trabajo político
conjunto. Esas conversaciones se prolongaron por espacio de más de dos
años. Al final se lograron acuerdos que permitieron la conformación
de un organismo político que se denominó Movimiento de Participación
Popular (MPP), y que se definió como un movimiento de lucha por la liberación
y el socialismo. Quiere decir que este movimiento no sería solamente
de carácter electoral, sino de lucha política en todos los ámbitos posibles,
también incluido el electoral. El Movimiento se presentó en las elecciones
de 1989 logrando dos diputados. Actualmente, 1997, cuenta con dos diputados
en la Cámara baja y un senador en la Cámara alta.
Julio Marenales
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